Concluía una sesión de ensayos de la Banda de Música de Morón, cuando atrapamos a Pedro Pardo Barbosa con la intención de conocer aspectos de su historia de vida.
Su relato causa interés desde sus primeras expresiones, pues, este hombre, director de la Banda de Música desde hace más de 30 años, manifiesta que nació en la calle Luz y Caballero, en esta ciudad, el 13 de mayo de 1951, por cierto, era Día de las Madres.
Cuenta que por ser el primer nacimiento que ocurrió en aquella fecha, la Farmacia Principal de la ciudad de Morón obsequió a su mamá una canastilla.
Pedro Pardo, confiesa que siempre fue un mal estudiante, que cada vez que tenía oportunidad se escapaba para no asistir a los turnos de clases de determinadas asignaturas, excepto Historia, con la profesora Blanquita, en la Secundaria Salvador Cisneros.
Sus padres se percataron a tiempo que Pedrito rechazaba el estudio y trataban infructuosamente de encauzarlo, hasta que un día su papá le preguntó: "Pedro, que quieres aprender, ...? Te gustaría ser músico?.
La interrogante no encontró respuesta.
En cierta ocasión se encontraba en su casa y escuchó el sonido de una trompeta en el barrio. Se dirigió hasta allí y le llamó la atención aquel instrumento.
Fue suficiente para que se incorporara a una Academia de Música que existía en la calle Máximo Gómez con apenas once años. Poco tiempo después, sus tíos que integraban la Orquesta Miramar de Morón, lo conquistaron para que se incorporará a la agrupación, aunque en realidad, no tenía edad laboral. No obstante, acepta, y fue la puerta que se abrió para decidir su destino.
Ya con cierto desarrollo en la trompeta, Tony Alonso le plantea que lo necesitaba en la Orquesta Estrellas Juveniles, y en contra de la voluntad de sus tíos, pasa a esta otra agrupación musical, con la cual recorre muchos escenarios en todo el país durante aproximadamente tres años.
Pedro ensayaba con su trompeta constantemente en su casa y en una ocasión llega a la ciudad de Morón el Circo Hermanos Montalvo. El director de esa carpa, lo observa en un ensayo y le propone trabajo. Parte con el circo en una gira por el oriente del país, como trompetista de la orquesta de esa unidad artística.
Su familia no lo podía localizar por su constante movimiento hasta que su mamá conoce el rumbo de esa famosa carpa, fue hasta el lugar donde se encontraba y lo hizo renunciar a esa plaza.
Fue entonces movilizado por el Servicio Militar General y allí integra la Banda de Música del Ejército Central. Cuenta Pedro Pardo que tuvo que suplir, sin muchos conocimientos, al director de esa banda, y fue aceptado, aunque con empíricos conocimientos musicales.
De regreso a Morón integra el Conjunto Yambú, y poco tiempo después asume como trompetista de la Banda de Música Municipal, hasta que por necesidades pasa a director.
Pedrito no se ha separado jamás de la música, ni de su trompeta. A pesar de sus 72 años de edad, integra además el Mariachi Los Gallos de Morón y el grupo Caonao.
Por su intachable entrega al mundo musical, ha sido merecedor de varios reconocimientos, como, Joya de la Cultura Avileña, la Moneda Representativa de la provincia; la distinción Caonabo por la obra de toda la vida, así como la medalla Raúl Gómez García, entre otras.
Una historia que demuestra su infinito amor por la música, una carrera que requiere de constante superación y de mucha vocación.
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