Por segundo día consecutivo, la normalidad es la tónica en el aeródromo de la capital de Cataluña, debido a los servicios mínimos decretados por el gobierno, calificados de abusivos por la Unión General de Trabajadores (UGT).
La medida de fuerza, que volverá a repetirse los días 30 y 31 de agosto, fue convocada por la UGT -uno de los dos sindicatos mayoritarios de ese país-, que denunció la falta de contrataciones para hacer frente a la actividad en la temporada de verano.
Estas movilizaciones suceden a las protagonizadas por los días 27 y 28 de julio último, que obligaron a cancelar decenas de vuelos y causaron retrasos generalizados en el aeropuerto de Barcelona-El Prat, el segundo más grande de España.
Según denunció entonces la UGT, los más de dos mil trabajadores de tierra de la compañía sufren "una falta de personal suficiente para cubrir las necesidades reales y los incumplimientos sistemáticos de los acuerdos sociales".
La nómina de Iberia en Barcelona, integrada por más de dos mil 700 operarios, reclama a la empresa la conversión a fijos de los convenios temporales, que representan el 50 por ciento del total, y piden nuevas contrataciones para solucionar el exceso de carga de trabajo.
Además de nuevas contrataciones, los representantes de los trabajadores exigen que se deje de hacer un uso "indiscriminado" de las horas extras de obligado cumplimiento, cubrir todas las bajas médicas y que se dé una formación adecuada al nuevo personal.
En anticipo para los paros de este fin de semana, Vueling anunció la cancelación de 112 vuelos (46 ayer y 66 este domingo), lo que afectará a unos 18 mil viajeros. (Fuente: PL)
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