SECCIÓN: Por las Calles de Morón (21)
No fue tan casual el reencuentro con Riselda Calabuch González. En su vivienda en la calle Hermanos González de la ciudad de Morón nos recibe amistosamente y enseguida aparecieron los recuerdos de su infancia en su querido municipio de Florencia, la hija de Joseito el Maestro Panadero, una familia bien conocida en aquel territorio.
Con tono jocoso Riselda rememora su pasado; "con 12 años empecé a trabajar como envasadora de galletas y con lo que ganaba matriculé en cursos de mecanografía y de taquigrafía", y abre un paréntesis para tratar otros momentos singulares de su juventud.
Y es que aquella joven valiente y decidida tuvo participación en la toma de los cuarteles de Tamarindo y Florencia, repartía proclamas, confeccionaba pañoletas y brazaletes del Movimiento 26 de Julio, además de asumir la responsabilidad de registrar ingresos en la Columna Rebelde número 11 que operaba en aquel cercano lomerío.
Pero prefiere saltar unos años y referirse a su quehacer en la ciudad de Morón, adonde llegó en 1970 dispuesta a trabajar y luchar. Fue entonces Registradora Pecuaria, Jefa de Capacitación Regional del INRA y en 1972 pasó a cumplir una encomienda política: secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas en la entonces Región de Morón.
Riselda Calabuch fue aquella mujer que asumió como directora de Cultura en Morón, misión que reconoce como un importante paso en su vida laboral, pues le correspondieron tareas de particular magnitud, como trabajar por la reposicion del Gallo, la creación de las diez instituciones básicas de la cultura, establecer la celebración de los Sábados de la Cultura, rescatar tradiciones y entre otras, lograr un fuerte movimiento de artistas aficionados.
"Todo eso se logró gracias a un equipo de trabajo integrado por especialistas y técnicos muy capacitados y creativos" y agrega: "De cultura me enamoré porque fue una etapa de mi vida de esfuerzos y resultados".
Se refiere a su labor como delegada a la Asamblea Municipal del Poder Popular y ya en la retirada nos muestra varias de sus condecoraciones, como la medalla de Lucha de la Clandestinidad, la de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y la que otorga la FMC y los CDR.
Ya se encuentra jubilada y con ciertos padecimientos, se mantiene muy activa en los quehaceres hogareños, además de ser Presidenta de la Comisión Electoral de su Circunscripción y de la Asociación de Base de los Combatientes de la Revolución.
Fue un reencuentro muy acogedor con una mujer que pese a acercarse a los 80 años de edad, mantiene su jovialidad y la alegría reflejada en su rostro, pese a los momentos difíciles que se han interpuesto y que ha sabido saltar.
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