SECCIÓN: Por las Calles de Morón (44)
De tránsito por pasillos, entre edificios multifamiliares, fue el inesperado encuentro con una guerrera veterana de la ciudad de Morón. No es otra que Luisa Ruiz Enríquez.
Salía, precisamente de un Consultorio del Médico de la Familia porque, su preámbulo fue confesar que con 83 años de edad recién cumplidos, tiene "un millón" de padecimientos: alergia, hipertensa, problemas cardíacos y con tono sonriente manifiesta que fue una superviviente de la Covid-19, porque el coronavirus la situó en estado de gravedad.
Entrando en materia, Luisa manifiesta que es camagüeyana aunque nació en un lugar que no conoce, llamado Magarabomba, perteneciente al municipio de Florida, pero que a los 22 días de su nacimiento su familia vino a vivir a Morón, y de aquí no se ha movido más.
Sin embargo, dice Luisa que la historia de su vida comenzó en Magarabomba, porque su padre era ferroviario, y vivían en un lugar muy apartado y que cuando su mamá comenzó de parto, su padre no sabía qué decisión tomar, pues no había un medio de transporte, tampoco una comadrona en el vecindario y entonces una vecina se encargó de recibirla, sin saber qué hacer, porque nunca se había presentado ante una situación similar.. En medio de esa encrucijada nació Luisa Ruiz.
Atento la escuché hablar de sus estudios en Morón, de cuando fue seleccionada para una Escuela de Círculos Infantiles en Marianao, en La Habana, de donde salió graduada, inexplicablemente, como especialista en Cruz Roja, - y me aclara- y también como directora de esas instituciones educativas.
Aquí se detuvo y sacó cuentas: "Tenía 22 años cuando fui seleccionada para alfabetizar, aunque laboré en la dirección municipal de la campaña, en problemas de documentación y captando compañeros para que se sumarán a la batalla de liquidar el analfabetismo".
Entonces me pregunta: "usted va a anotar toda esta complicada historia de mi vida. Va a tener que escribir mucho. Y prosigue:
Cuenta que trabajó como Jefa de Personal en el Banco de Créditos y Servicios y también Jefa del Departamento de Seguridad Social en la Dirección Municipal de Trabajo en Morón.
Trata de memorizar otros momentos de su vida, y recuerda que trabajó en obras de la construcción en Florencia. Apela a su hija para que le ayude a recordar otras cosas para que no se quede nada.
Entonces es que su hija manifiesta que a Luisa a pesar de los achaques y a su avanzada edad, le sobran energías, pues es la que cocina, limpia el apartamento, cose y quiere hacer de todo pero "tengo que frenarla".
De Morón expresa: "Quisiera tener ahora 40 años para seguir en la batalla, extraño mucho las calles de Morón, porque esto es difícil para mí, permanecer tranquila entre cuatro paredes, extrañando a tantas amistades".
Un placer haber sostenido este intercambio con Luisa Ruiz, quien fuera la esposa de Orestes Marichal, fallecido hace ya 20 años.
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