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martes, 18 de octubre de 2022

El otro gallo de Rita Longa

                                     


#NuevaSección: Apelando a la Memoria
 
Fue en diciembre de 1999, cuando la dirección de EXPOCUBA se comunicó con el gobierno en Morón, con la propuesta de que este municipio estuviera representado con sus logros en uno de los pabellones de ese recinto ferial.
 
Aprobada la propuesta se creó una pequeña comisión que se encargaría de elaborar un proyecto, y partir hacia la capital.
 
Aceptadas las ideas por la comisión de proyectos de ExpoCuba, se empezó a ejecutar las tareas, en un medio algo incierto para nosotros que nunca habíamos incursionado en el mundo de las exposiciones. Hacia La Habana llevamos un arsenal de ideas, maquetas, producciones textiles, calentadores solares, producciones locales, en fin todo lo más representativo de la localidad. Cierto día, en medio de aquel complejo escenario, donde muchas veces no encontrábamos iniciativas definitivas, alguien jocosamente comentó: "creo que lo único que nos faltó por traer para ExpoCuba, fue el Gallo de Morón".
 
Bastó para que alguien meditara y dijera: "no es mala idea traer una réplica del Gallo".
 
Unos minutos después la arquitecta Amada Zamora se comunicaba con la Presidencia de la Asamblea Municipal solicitando una ayuda para lo de la réplica del Gallo. Y por intermedio, creo que de Larry Morales, se habló con Rita Longa, quien, sin muchos inconvenientes aceptó la propuesta de construir un Gallo pero de alambrones..
 
Fuimos hasta su taller en 15 y 10 en el Vedado, y allí nos encontramos a Rita esperando por una foto del Gallo de Morón que le llevábamos para el nuevo proyecto.
 
Diariamente íbamos hasta su taller donde su equipo moldeaba duros alambrones, y Rita no cesaba de sugerir ideas, facilitar elementos y opinar sobre la altura y como hacer el pedestal de esta réplica del símbolo de la ciudad. Llegó el día de la terminación y ExpoCuba nos facilitó un camión para trasladar al Gallo hasta su sitio en ese recinto ferial.
 
Ante las luces rojas de los semáforos se detenía el vehículo y desde las aceras y portales las personas elogiaban el paso del Gallo de Morón por las calles de la capital .
 
Rita, cómo escoltando su obra, seguía en su auto detrás del camión, y con una pequeña cámara captaba fotos. 
 
Ella estuvo así, hasta el último instante protegiendo su Gallo. Ya en el cubículo de ExpoCuba nos preguntó: Qué les parece el Gallo? Genial, le respondimos.
 
Ella repitió varias veces que su idea siempre fue que el Gallo de Morón, fuera de alambrones y no de bronce.
 
Pero su ilusión se hizo realidad. Tal vez por eso no dejaba de mirar aquella réplica de nuestro Gallo, que solo estuvo en Morón unos días, pero que retornó a EXPOCUBA para de manera permanente representar a Morón en ese importante lugar.

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