Nancy Brito Ramos lleva doce años algo distante de lo que fue parte importante de su vida: la biblioteca Sergio Antuña.
Cuando visitamos su vivienda en la calle Hermanos González, en la ciudad de Morón, se sorprendió cuando le planteamos hacerle una entrevista.
Lo primero que interpuso fue su edad, algo que generalmente las mujeres no lo tienen a flor de labios, pero Nancy fue explícita,:el 30 de noviembre cumplí los 80.
Fue suficiente para que "cargara las pilas" y nos remitiera a un lejano lugar del municipio Ciro Redondo conocido como Guano Alto, donde nació y vivió toda su familia hasta trasladarse hacia el poblado de Pina, donde realizó los estudios primarios.
Confiesa que cuando niña y joven, quería ser arquitecta, pero luego matriculó en la Universidad Martha Abreu, de Santa Clara. Es graduada de profesora de Español-Literatura, pero resulta que un día caminaba por la calle Martí de Morón y el historiador Segundo Leiva Casay la intercepta y le propone un curso en la Escuela Nacional de Bibliotecas.
Como que siempre le gustó la lectura aceptó la propuesta y al graduarse fue ubicada en la Biblioteca Sergio Antuña, la que se convirtió en su lugar más placentero.Allí permaneció desde 1972 hasta el 2011 cuando se acogió al derecho de jubilación.
Nancy Brito, aún no se aparta de la lectura que constituye su principal vía de entretenimiento, aunque confiesa que le gusta la música, pero aclara "no cualquier tipo de música".
Aveces, cuando tiene algún momento disponible, visita la biblioteca, camina por los departamentos, toca sus libros preferidos y sostiene intercambios con los más jóvenes, sobre todo con esos que muestran deseos de aprender.
A pesar de los años, Nancy mantiene su vigor y pocos cambios muestra su rostro. Nos cuenta de su familia, de lo difícil que le resulta permanecer dentro de su casa, con ánimos de laborar en una sala de la biblioteca.
Esa es Nancy Brito, una innegable figura bien conocida y respetada en la ciudad de Morón.
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