Hace mucho tiempo veía a esta mujer, de avanzada edad, de raza negra, con su inseparable carretilla, en su función de mensajera a cualquier hora del día. No conocía su nombre, ni donde vivía, ni nada relacionado con su vida, solo que era una mujer incansable, de apariencia humilde y que era muy conocida en la ciudad.
Luego de recorrer varias veces las calles de ese reparto tratando de contactar con ella preguntamos: Y la respuesta inmediata fue:
"Esa es Alicia", y con mucha precisión localizamos su vivienda.
Fue un placer conversar con aquella mujer, que nació en el batey Barroso, cerca de Júcaro. hija de padres extranjeros: su padre haitiano y su madre dominicana, "y yo cubanita, cubanitá", aclara con tono jocoso.
Su nombre completo es Alicia Adelfina Meneses León. Dice que nació en 1939, y que desde que tenía 13 años está trabajando sin parar.
Alicia Adelfina me acomoda en una butaca, me brinda café y me dice "póngase cómodo, porque mi historia es larga y compleja".
Lapicero y agenda en mano comenzamos las anotaciones.
Comienza explicando que con apenas 13 años estuvo colocada en una casa en Ciego de Ávila, donde tenía que limpiar el piso y cocinar, por solo seis pesos mensuales. Y agrega: "Pude estudiar en el batey hasta cuarto grado, pero cuando la Campaña de Alfabetización, llegó a mi casa el alfabetizador Rafael Pérez, un jovencito de Camagüey, quien me enseñó a leer y a escribir".
"Ya le dije que mi vida ha sido compleja -nos dice Alicia. Explica que en 1968 ingresa como trabajadora civil en una Unidad Militar donde permaneció hasta 1970 como cocinera. En este aspecto se detiene y expresa:
"Quiero decirle que mi afición es por la cocina, pues disfruto estar delante del fogón" a lo que alega una vecina, que es la cocinera perfecta, sobre todo especialista en asados, sus platos son exquisitos
Siendo muy niña vino para Morón con su madre de crianza y residió en el reparto Peñaranda, donde vivió muchos años.
Alicia, laboró como cocinera en una brigada de viales y al respecto precisa que "estábamos en todas partes".. También lavaba ropas, planchaba y hacía de todo lo que se presentaba.
Trabajó en una microbrigada de la construcción y así pudo tener su propia vivienda en el reparto La Victoria.
También cortó caña, guataqueó e hizo múltiples tareas agrícolas.
Alicia desde hace 25 años es mensajera, que consiste en llevar los víveres de la bodega, nada menos que a 32 familias.
"Me conoce Morón entero, soy tan popular como cualquier renombrado artista, y eso me hace sentir con mucha alegría", comenta Alicia Adelfina.
Indagamos por su salud y sin titubeos responde: "A todo el que me pregunta le digo que estoy bien, que no padezco de nada, pero mire, tengo crecimiento en el corazón, sufrí un paro cardiaco y mil cosas más, lo que quiere decir que estaré en Morón hasta que se apague la Lucecita".
Así fue nuestro encuentro con Alicia, la mensajera, una mujer incansable y magnífica cocinera.
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