SECCIÓN: Por las Calles de Morón (100)
No es equivocación lo de Neurocirujano de Corazón. Gilberto Andrés Miranda no es Cardiólogo, porque a lo largo de su historia de 35 años ha demostrado ser un especialista, de alto rango en la Neurocirugía.
Lo atestiguan centenares de pacientes que han llegado a su consulta con graves trastornos cerebrales, tumores y dolores crónicos o traumas, y poner en acción su sabiduría, sus conocimientos científicos que lo han convertido en un connotado especialista.
Hasta su residencia llegamos para conocer algo más de este hombre que denota, a simple vista, cortesía, educación, compañerismo y sobre todo profesionalidad.
Era aquel niñito que nació y vivió durante su infancia y parte de su juventud a la entrada de Morón por el Circuito Norte, en una finca llamada Los Nuevos, allá por el año 1954.
Es curioso cómo él mismo relata aquellos años de su infancia, al decir que era de menuda complexión y baja estatura, y que tenía que caminar diariamente una larga distancia para asistir a clases en la primaria José Martí y también para participar en las actividades que se organizaban en las otras sesiones.
El doctor Miranda reconoce que aunque le gustaba el deporte y lo practicaba, tenía pobres rendimientos, por lo que desistió de la pelota y del tenis de campo.
Desde pequeñito le gustaba la medicina, y recuerda que en su casa había un libro que tenía muchos término médicos, y que a espalda de sus padres lo tomaba para leerlo, aunque no era, en cuestión, muy científico, pero sus padres se lo escondían porque entendían que podía perjudicarlo.
Al fin, Gilberto Andrés ingresa como estudiante en el Preuniversitario conocido como Ceballos Cuatro. A la provincia, entonces de Camagüey, se le asignan 45 capacidades para la carrera de medicina y tuvo su expediente el segundo lugar.
Entre 1974 y 1976 estudio en Santiago de Cuba donde aprobó el ciclo básico; y seguidamente alcanzó en Camagüey el ciclo clínico. Cuenta que terminó la carrera en 1980 en Ciego de Ávila y entonces fue que inició su trayectoria laboral como profesional de la salud.
Sus primeras consultas fueron en un pequeño hospital en el municipio de Bolivia y entre 1981 y 1984 prestó servicios en el poblado de Tamarindo.
A partir de ese momento comenzó la especialización y en 1986 el Doctor Gilberto Andrés Miranda alcanzó la especialidad de Neurocirugía.
Recuerda con detalles, su primera intervención quirúrgica cuando fue ubicado en el Hospital antiguo de Morón, un caso de trauma, que resultó todo un éxito a pesar de los escasos instrumentales disponibles.
Años después, con la inauguración del Hospital General Roberto Rodríguez, que contaba con mejores medios y mencionó el apoyo que recibieron de trabajadores de Talleres Ferroviarios, como Omar Fernández, Héctor Cristino Fernández, Manuel Antonio Clero y Arnaldo Abreu, entre otros que fabricaron instrumentales que fueron adaptándolos a la especialidad.
Miranda se acogió al derecho de jubilación a principios de este año 2,023, luego de muchos años de tenaz esfuerzo por la medicina cubana.
"Permanezco por el momento en mi casa recuperando fuerzas, recordando muchos momentos decisivos y también caminando, muchas veces imaginariamente por las calles de mi querida ciudad", confiesa el doctor Miranda.
"Tendría muchas historias que contar de esta linda ciudad, donde considero que es preciso una mejor preparación y defensa del proceso de transculturación, para conservar costumbres y tradiciones, algo que se transforma, pero no se destruye". manifiesta finalmente.
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