SECCIÓN: Por las Calles de Morón (75)
Para el Doctor y Máster en Ciencias Ricardo Gómez Carro, 45 años de dedicación a la docencia médica significa sólo el comienzo de su carrera profesional.
Así lo considera este destacado Profesor Titular y Consultante e Investigador Titular en Ciencias Biológicas de la Academia de Ciencias de Cuba, quien aspira arribar a los 95 años de edad impartiendo docencia, por lo que jamás ha pensado en la jubilación.
No es la fiesta de su cumpleaños, pues Gómez Carro dice que su nombre completo es Ricardo Lázaro, ya que nació en esa misma casa, el 17 de diciembre de 1952.
Esta fue la partida a una conversación sobre su vida, a la cual hace referencia con punto y comas, desde que siendo un niñito empezó en la escuela primaria hasta lograr matricular en las aulas universitarias con solo 16 años.
Ricardo considera que fue buen estudiante, solo que no asimilaba con mucha facilidad lo referido a Artes Industriales y Fundamentos de la Producción Industrial, porque confirma que "desde pequeñito me gustaban la matemática y la Biología".
Y así sucesivamente Gómez Carro narra su tránsito por los distintos niveles educativos, y sin perder detalles llega al instante en que comenzó el trabajo de Metodología. Precisa que ha impartido, desde entonces, 26 asignaturas y 83 post grados.
Ha cumplido varias misiones científicas como asesor en Nicaragua, Suecia, Alemania y otros, y apunta que realizó una investigación sobre la contaminación de las aguas de la Laguna de la Leche, en Morón, que le sirvió como defensa del doctorado y que fue avalado como un logro de las Ciencias Médicas en el país.
Sin embargo, Gómez Carro, al responder una de nuestras preguntas manifiesta que ha tenido dos reconocimientos considerados muy especiales: las dos entrevistas que sostuvo con el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, quien en la primera ocasión le obsequió un automóvil.
Pero Ricardo obtuvo en ocho ocasiones el Sello Forjadores del Futuro y siete Premios Nacionales de Investigación, además de la Distinción Especial del Ministro de Educación Superior por los resultados en la investigación sobre las aguas de la Laguna de la leche.
Es preciso interrumpir esta interesante historia que nos cuenta Ricardo Lázaro, porque la Asociación de Pedagogos de Cuba, ha llegado a su casa para entregarle la condición de Joya de la Pedagogía Avileña.
Hay aplausos, abrazos y expresiones de respeto y agradecimiento. Un hombre sencillo, que ama lo que hace con todo su corazón porque considera como labor de alta responsabilidad conservar los valores, con la ética requerida, el acto de mejorar el estado de salud de la población, no solo local, sino la de toda Cuba y de cualquier parte del planeta.
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