Decir en Morón Ángel Cervantes, es hacer referencia a un educador ejemplar, a una persona que lleva en sus venas el ADN de la pedagogía.
Cuenta que nació en la finca La Unión en la cercanía del poblado de Florencia, y que allí en ese lugar puramente campesino, asistió por primera vez a una escuela que tenía por nombre Las Lajas, aunque de cuarto a sexto grado estudio en otra escuelita rural de ese propio territorio.
Su padre prefirió entonces mandarlo para Morón para que recibiera una adecuada preparación, para ingresar en el Instituto, pero como no tenía la edad que se requería, adquirió una dispensa del Ministerio de Educación.
Ángel cuenta con cierta picardía que en el Instituto estudio, primero, segundo y tercer años, pero que el cuarto y el quinto se acogió a una matrícula por la libre, o sea, por determinadas asignaturas y puntualiza que nunca desaprobó una evaluación.
Recuerda como anécdota que en cierta ocasión le correspondía examinar Matemática, y se presentó a la hora concertada, pero tuvo que esperar pacientemente varias horas, pues el profesor tardó mucho en llegar. Fue entonces cuando alguien en el centro decidió extraer la prueba de su sobre lacrado para aplicar el examen. Contenía nada menos que 40 preguntas.
Ángel asumió aquel reto, que nadie suponía que podría aprobarlo. Sin embargo, todos los presentes se impactaron con su nota de sobresaliente en aquella kilométrica prueba.
Así terminó la enseñanza preuniversitaria en 1957, y como sus deseos eran continuar estudiando, matriculó en un curso a distancia en Camagüey, y al mismo tiempo comenzó a trabajar como maestro de primaria en la escuela Carlos Manuel de Céspedes radicada en Las Grullas.
La convocatoria del país a la Campaña de Alfabetización, fue motivo para que se incorporará como alfabetizador en Las Grullas, al tiempo que fue nombrado Jefe Grupo en aquella campaña..
Ángel Cervantes al narrar cada momento de su trayectoria laboral, intercala anécdotas como para hacer más amena su narración que no admite muchas interrogantes.
Concluida aquella campaña, es ubicado en la escuela Raúl Campa, en pleno lomerío, allá por un lugar conocido como El Cuabal.
Lo cierto es que aquel joven educador impartió clases en varios centros escolares, y menciona lugares como la escuela Fructuoso Rodríguez y también profesor de Matemática en la Secundaria Pío Cervantes, de Florencia.
Aquí en Morón transitó por siete escuelas primarias y en la Secundaria Felipe Poey.
Cervantes recuerda momentos muy difíciles, como aquel triste día cuando regresaba de Camagüey y el vehículo en que viajaba sufrió un accidente, lo que provocó la muerte instantánea de tres personas, y los otros cuatro con lesiones, lo que provocó que tuviera que dejar de estudiar en Camagüey.
Fue asesor de Matemática en la Dirección Municipal de Educación a finales de 1969, viajó a Alemania para una preparación de maestría, y de regreso impartió clases a los maestros de Cuba por Televisión.
Vanguardia Nacional y propuesto en dos ocasiones para Héroe del Trabajo y en el 2018 se acogió a la jubilación, luego de ocupar diversas responsabilidades en la provincia y el municipio.
Angel Cervantes, tiene una larga y fructífera historia como educador. Licenciado en Educación Primaria, Maestrías y también Profesor de Educación Superior en Matemática, Máster en Metodología de la Investigación de Educación Superior. Conserva muchos reconocimientos, Medallas y distinciones, como Por la Educación Cubana, las medallas José Tey y Frank País de Primer y Segundo Grado, entre otras.
Hay mucho más que contar de este hombre que nació en un apartado rincón de Florencia y que ha trazado una fructífera hoja de servicios en el sector de la enseñanza.
Para Ángel Cervantes Cervantes, el merecido respeto. Vale la pena conocer la historia de este educador que a diario lo vemos Por las Calles de Morón.
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