Sección: Por las calles de Morón ... Alegre, como siempre, Lorenzo Griñan Vega

                                                                    SECCION: Por las Calles de Morón (28)

Con total pérdida de la visión, y con dificultades para caminar, pero alegre , conversador y con una perfecta memoria, encontramos en la calle Avellaneda de la ciudad de Morón, a un personaje que indiscutiblemente forma parte del atlas cultural del territorio: Lorenzo Griñán Vega.

 

Quien no recuerda a Lorenzo el enano, el mago de los sartenes, integrando las congas carnavalescas de Morón,

 

Con estas palabras nos recibió:"Aquí estoy, dispuesto a salir en la conga como lo hice muchos años, porque me sigue gustando el ambiente de carnaval, el traguito de ron y reunirme con los amigos, pero la visión no me acompaña".

 

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                           la bibliotecaria de la ciudad 

 

Sentado cómodamente en una habitación de su vivienda, histórica por cierto conversamos con Lorenzo. "Esta casa es histórica, es la número 94 de la calle Avellaneda, porque aquí vivió el Coronel Nicolás Hernández (El Tocayo), considerado el patriota insigne de Morón", comentaba Lorenzo.

 

Entonces sus paredes eran de barro, pero su deterioro obligó a reconstruirla y aquí ha pasado la mayor parte de su vida.

 

A pesar de su minúscula estatura, durante muchos años laboró en el Taller de Artesanía de la ciudad, adónde se trasladaba en una pequeña bicicleta que lo acompañó mucho tiempo.

 

Lorenzo manifiesta que nunca sintió complejos por su baja estatura y recuerda que estudiaba en la Secundaria Básica donde su profesora de Español Hilda Llanes, era también enana y uno de sus buenos amigos, el periodista Blas Martínez, competían por ser los más pequeños de la ciudad.

 

Recuerda que en una ocasión participó en un programa competitivo llamado Que traigo aquí, lo convencieron para que se metiera dentro de una caja de un televisor. Nadie pudo adivinar lo que había dentro.Sorprendí a todo el mundo cuando salí de aquella misteriosa caja.

 

Lorenzo manifiesta que ya no camina por las calles de la ciudad, pero que recibe mensajes de muchas amistades, otros visitan su casa. "Y ya vez, hoy inesperadamente, hasta un amigo periodista me ha sorprendido", comenta.

 

En su vivienda recibe la cariñosa atención de su hermana Grisel, porque como bien dice ella "es el hermano más chiquito de la familia".