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viernes, 17 de febrero de 2023

La sencillez y modestia de la Moronera Zunilda Borges

                                                                                     SECCION: Por las Calles de Morón (74)

 
El tiempo pasa, y parece que fue ayer cuando Zunilda Borges Cárdenas arribó a la ciudad de Morón, para convertirse en una mujer muy reconocida por la población, como trabajadora del sector de la salud.
Con 91 años de edad y algunos agudos padecimientos, Zunilda, ya jubilada desde hace varios años, guarda tranquilidad junto a su familia en la calle San José, después de una ardua labor, considera que por más de 30 años, como administradora de la Unidad Óptica Morón.
 
Refiere que le parece incierto que aquella guajirita de un apartado barrio del municipio Bolivia, tuviera la oportunidad de encaminar sus fuerzas y aspiraciones por una ruta que, ni siquiera en sueños había imaginado.
 
Con una memoria formidable, aunque . algunas imprecisiones en las fechas, Zunilda relata sus pasajes primero por una Escuela de Instrucción Revolucionaria, luego como dirigente de la Federación de Mujeres Cubanas en varios municipios camagüeyanos, como Santa Cruz del Sur, Senado y otras zonas hasta que logró encausar su vida en un sector laboral.
 
Considera Zunilda que llegó a Morón en los primeros años de la década del 70, y fue ubicada como dependienta de la farmacia de la Avenida de Tarafa.
 
Allí recuerda que los de mayor experiencias la enseñaron a despachar, aunque reconoce que le costaba.mucho trabajo entender los nombres de los medicamentos que aparecían en las recetas médicas, pero poco a poco fue identificando aquel extraño lenguaje.
 
"Sólo despachaba y otros cobraban, pero mi agilidad en aquel trabajo provocó que los más decanos solicitaran autorización para que tuviera acceso a la contadora", recuerda Zunilda.
 
Cierto día la dirección de Salud la convenció a pasar un curso para administradora de la Óptica de Morón, decisión que acogió con máximo interés , "y allí tuve el cariño de un colectivo que adoré como a mi familia". 
 
Zunilda Borges tiene una historia mucho más rica y profunda, pero prefiere solo unos apuntes de lo que fue el centro de su actividad laboral.
 
Aunque su carácter es serio, se considera una mujer muy alegre, que le encanta la música, las transmisiones de juegos de pelota, aunque dice que todavía mantiene ciertos resabios, pues hay cosas que no las tolera.
 
Siente tener que mantenerse todo el tiempo entre las paredes de su casa, y no poder salir y recorrer lugares de Morón, saludar personas conocidas y disfrutar un helado en el Copelia, o ver a la gente de su pueblo reunido en las esquinas, discutiendo de pelota.
 
"Quiero saludar a mi gente, y decirle que aquí estoy, de casualidad, pero que bicho malo, no se muere", y una amplia sonrisa sirve de despedida a este inesperado reencuentro.
 
Gracias, muchas gracias amiga Zunilda, aquella mujer que cuando muy joven reportaba telefónicamente desde Bolivia, como corresponsal voluntaria de Radio Morón.

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