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viernes, 10 de marzo de 2023

El ambicioso reto de Marcelo Martínez Abad

                                  

SECCIÓN: Por las Calles de Morón (80)
 
- Los tristes momentos de este guerrero sin renunciar a su principal empeño
 
Quizás Marcelo Martínez Abad transite a diario por muchas e importantes calles de la ciudad de Morón y una gran mayoría desconozca que han visto a un hombre de talla extra por su historia de vida, por sus hazañas y por sus desafíos.
 
Fue preciso visitar la comunidad de Patria, y casi al final de una prolongada calle está la vivienda que habita con su querida esposa, una mujer que lo acompaña desde muy joven y que lo ha ayudado a resolver grandes encomiendas.
 
Confiesa Marcelo que nació muy lejos de Morón, allá en Baracoa, Guantánamo, como integrante de una familia compuesta por diez hermanos.
 
Allí en ese extremo punto oriental cubano tuvo muy poca oportunidad de estudio, pues necesidades económicas de la familia lo imposibilitaban a asistir a una escuela.
 
Era muy jovencito cuando un día decidió por voluntad propia, partir hacia Camagüey para unirse voluntariamente a las filas de la Columna Juvenil del Centenario, la fuerza más productiva del país.
Allí no sólo aprendió a cortar caña, sino a trabajar fuerte y a ser bien productivo. Fue en ese momento cuando se trazó la meta de no detener su marcha hasta convertirse en Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Convertido en poco tiempo en machetero de alta productividad se trasladó entonces para Morón, y estableció su residencia junto a su esposa, pero...qué sucedió?
 
El 24 de marzo de 1971, su madre y cinco de sus hermanos, deciden trasladarse desde Baracoa hasta Morón para visitarlo. Fue un viaje fatal. El tren en que viajaban tuvo un accidente al derrumbarse un puente, lo que provocó la muerte instantánea de todos ellos. Fue una noticia muy fuerte.
 
Marcelo acogió a sus otros cuatro hermanos que eran pequeños, y los asumió en su vivienda en Morón. Aquel triste episodio no cambió el rumbo que se había trazado y. dijo: "ahora más que antes, ratifico el propósito de que Marcelo Martínez tiene que convertirse en Héroe del Trabajo", como única alternativa".
Su historia se multiplica a partir de entonces y logra participar en 33 zafras azucareras como machetero, y en 18 de ellas fue decimillonario por su alta productividad en corte de caña manual.
 
Fue miembro también del Ejército Juvenil del Trabajo, integró una Columna Agropecuaria donde chapeaba montes.Fue movilizado en el Central Amancio Rodríguez, participó en competencias de corte manual, donde siempre resultaba triunfador.
 
Marcelo ha respondido en cada momento de contingencia, como en la limpia manual del canal de la Laguna de la Leche, en la siembra de árboles y múltiples y complicadas tareas.
 
"No pienso jubilarme porque no he renunciado a mi propósito de conquistar algún día la condición de Héroe del Trabajo, meta que sé que es difícil de alcanzar, pero tengo fuerzas y confianza", manifiesta con optimismo. En la actualidad labora en servicios en la Facultad de Ciencias Médicas de Morón.
 
Marcelo tiene cinco hijos: dos laboran en Servicios Comunales en Morón; una hija pertenece a la Policía, otro labora en el sector turístico y uno es médico.
 
Antes de la despedida muestra muchas medallas, distinciones y reconocimientos y en la despedida afirma: no he renunciado al de héroe del Trabajo de la República de Cuba. Y lo lograré.

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